viernes, 11 de septiembre de 2015

Violencia en las gradas



"Una niña de 14 años abandona el arbitraje de partidos, en este caso de fútbol, por comentarios sexistas, insultos y agresiones verbales. Ha tenido que escuchar frases del estilo lo tuyo es fregar, marcha a la peluquería y estás mejor en una casa de citas o dedícate a la prostitución..."

Este es un hecho real, la historia de una niña que se ha visto obligada a abandonar su hobbie y cesar en sus ilusiones por una cuestión que me atrevo a llamar "social", ningún grupo de personas, en ninguno de los campos donde ha arbitrado ha alzado la voz por ella y, los insultos de las personas agresoras han tomado el poder consentido de las personas que le rodean y también me atrevo a decir que ha abandonado su ilusión por una cuestión de absoluta "indefensión".  

Ella se ha atrevido a contarlo pero ¿Quién protege a los menores? La experiencia de contarlo no la ha llevado más que a una denuncia verbal de un hecho que seguramente está sucendiendo en muchos campos de fútbol y que le está ocurriendo a muchas otras niñas que formando parte de una minoría, nadie alza la voz por ellas.

¿Dónde está la educación en igualdad?
                ¿Y la adopción de medidas preventivas?
A priori hay impunidad total hacia las personas agresoras


La violencia engendra violencia. Estas situaciones se reproducen socialmente en muchos foros, en el ámbito político, económico, empresarial, laboral, personal, escolar y familiar. Cada uno de ellos recibe un nombre; moobing, acoso escolar, bullyng, cyberbulling, violencia de género, desigualdades sociales, etc

Nunca cesaré en mi empeño de decir que la eliminación de la violencia pasa porque las personas nos consideremos personas, iguales, con los mismos derechos y cedamos paso a la palabra, la empatía y la tolerancia y no al insulto y a las agresiones. Un campo de fútbol, ya sin hablar de las grandes ligas nacionales o europeas sino hablando, de un partido entre equipos de niños y niñas de una misma zona, son espacios con unos niveles de agresividad altísimos provocados por los adultos, por sus propios padres y estoy segura que ni tan siquiera los pequeños/as jugadores/as lleguen nunca a entender parte de estos gritos porque sus rivales son sus amigos, familiares o compañeros de Colegio.

En relación al abandono de esta niña, llamada Zaira, el Sindicato de Árbitros ha decidido tomar cartas en el asunto y ha solicitado saber qué medidas ha utilizado el presidente de la Federación para combatir esta violencia, son plenamente conscientes e informan que ante el inminente comienzo de temporada la situación empeorará y es que además estamos dejando que la educación en el deporte se convierta en "convivencia en la violencia".

Otra información que nos alerta sobre los altos niveles de violencia que entre los jóvenes se tolera y se está gestando cada vez con mayor intensidad son  los datos obtenidos en estudios recientes como el estudio elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, que nos deja como titular que "Más del 80% de los adolescentes afirma conocer algún acto de violencia entre géneros en parejas de su edad"

¿Realmente no necesitamos un cambio en la percepción de la educación y en nuestra responsabilidad como padres, madres, tutores, profesores/as, profesionales de la educación, etc?

Insisto reiterativamente... "La violencia genera violencia" y este círculo se puede romper... la responsabilidad es nuestra... de todos y todas... de las personas... granito a granito... apoyo sobre apoyo...


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