jueves, 29 de octubre de 2015

Y si te echo de menos... papá/mamá. ¿Tiempo de calidad?



¿Sabemos cuánto o cuándo nos echan de menos nuestros hijos?
 o formulando la pregunta de otro modo
¿Sabemos cómo gestionan nuestros hijos sus emociones cuándo nos necesitan y no estamos?
definiendo como “ausente” no la falta de presencia sino la falta de comunicación, juego y tiempo de momentos compartidos…


La tan utilizada frase que posiblemente todos nos hemos repetido en alguna ocasión...

..."no importa la cantidad de tiempo que estemos sino la calidad de ese tiempo compartido”...

puede llegar a ser más importante de lo que podamos presuponer en nuestro rol de padres y madres.


Mientras nuestros hijos/as son pequeños y fruto de nuestro día a día tendemos a convertir en rutina nuestro tiempo, nos ocupamos de sus necesidades, que no les falte de nada, que se alimenten de manera correcta, que vayan a las actividades que les gustan, que disfruten en los cumpleaños y en sus tiempos de ocio, que se acuesten a una hora adecuada… Los cubrimos de todas las necesidades físicas existentes e intentamos aportarles lo mejor, que no sientan que les falta de nada y que se sientan en un nivel de igualdad con los otros niños de su edad. 


Sociedad de consumo vs Estilo educativo familiar


Ellos parece no protestan, son niños alegres y ante cualquier queja que muestren o manifiesten nos preocupamos de si tienen hambre, sueño, si están cansados o incluso presuponemos que tienen un mal día de ahí la rareza de su conducta… Lógicamente, en muchas de las ocasiones son estas las verdaderas causas de sus pataletas, enojos, iras no controladas, llantos excesivos, miedos que aparecen y desaparecen o incluso, rabietas desproporcionadas.


No siempre estas son las causas aparentes del malestar de nuestros hijos, son también, en numerosas ocasiones, más de las que posiblemente podamos percibir, llamadas de atención de necesidades personales que entienden no cubiertas o de carga de emociones que no reconocen. No están contentos  y, aparece la rabia, ira, frustración, pena, tristeza, etc… ellos no saben identificar sus emociones y mucho menos gestionarlas, necesitan de nuestro estar, de nuestra protección, de nuestra guía, debemos mostrarles la normalidad de esto qué les sucede y debemos enseñarles a identificar, gestionar y debemos dotarlos, de nuevas formas de respuesta que les faciliten crecer de manera positiva y enfrentarse a las emociones y a la forma de sentir y percibir las situaciones vividas.


Hablaba del tiempo que pasamos con nuestros hijos, y no me voy del tema, sencillamente quiero mostrar que para conocer a nuestros hijos, distinguir sus conflictos emocionales de una rabieta, aprender a escucharles, aprender a leer su lenguaje no verbal y a identificar los cambios que en ellos se van produciendo es necesario estar e interesarse por estar.


Atiendo y paso mucho tiempo con niños y niñas en edades comprendidas entre los 5 y los 10 años en los que su deseo es estar con sus padres, madre y padre pero… sobre todo con su padre, que sin entender muy bien el por qué es siempre la figura más ausente… reclaman su presencia, no su presencia física, los padres, muchos de ellos están presentes pero no ejercen un liderazgo activo delante de sus hijos, ellos reclaman la presencia paterna, tiempo de juego y tiempo de comunicación. Reclaman no asociar a su padre hablando por teléfono, trabajando o delante del ordenador o de la tele, reclaman que no se les pida silencio, reclaman que no se les envíe a jugar a otro espacio de la casa, reclaman no tener que cumplir sólo órdenes. En definitiva,  reclaman un pequeño espacio de tiempo real porque la otra parte del tiempo también desea y necesitan hacer otras cosas ellos solos o con otras personas.


No dejemos que el tiempo sencillamente transcurra… después cuando tienen 12… 13… 14… 16 años no los entendemos, nos encontramos con que no quieren contarnos sus cosas, quieren estar más tiempo fuera de casa que con nosotros, no entendemos parte de sus conductas ni comportamientos, perdemos nuestra identidad materna o paterna y, les exigimos cumplimiento de las normas y altos niveles de comunicación…


Y es en este momento donde yo pregunto…


¿Nos hemos preocupado de capacitarnos para lograr ese nivel de confianza y cercanía en etapas anteriores del crecimiento de nuestros hijos?

2 comentarios:

  1. Hola. una pregunta muy interesante y creo que la respuesta correcta no sería la que más abunda. Es necesario estar tiempo con nuestros hijos y establecer complicidad y confianza con ellos. Acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho la variedad de temas que tratas. En este momento tengo un blog dedicado a los jóvenes y Educación que te invito a visitarlo: http://cativodixital.blogspot.com.es/ . Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.

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    1. Hola Marta. Muchas gracias por encontrarme así también te encontré a ti. Muchas gracias también por compartir tus opiniones conmigo. Encantada de seguir en contacto contacto. Yo también soy seguidora de tu blog.

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