domingo, 10 de marzo de 2019

No, no me cures la dislexia


"No, no me cures la dislexia"

Recuerdo que cuando cursaba EGB en un colegio de “élite” de mi ciudad, acudir a clase a diario para mí era una auténtica tortura, sobre todo durante los cursos de cuarto y quinto.  

Por aquel entonces debía “enfrentarme” a mi profesor, (del que por respeto voy a obviar su nombre), una persona que minusvaloraba sin rubor tu esfuerzo al no ser capaz de alcanzar los objetivos educativos al tiempo que tus compañeros. Presentar mal una operación porque habías hecho “bailar” una cifra, o cambiar una palabra al leer en alto en el aula, eran motivos suficientes para dedicarte un adjetivo hiriente delante de la clase.

Hoy con 44 años a mis espaldas me doy cuenta que el malestar que generaba en mí, se debía a su falta de empatía hacia los que nos costaba más sacar adelante los estudios, pero sobre todo, a su falta de preparación. 

Durante todos estos años he pensado mucho en ello, en ocasiones llegando a justificar su actidud esgrimiendo, “es lógico, antiguamente apenas se conocía la dislexia, no se le daba la importancia necesaria”,  pero si lo analizo con sensatez, ¿por qué entonces la Sra. Portela, una maestra del colegio público donde cursé octavo de EGB, por cierto a punto de jubilarse por aquel entonces, se dio cuenta de mi dislexia a los quince días de llegar a mi nuevo centro escolar?, a ella, y al esfuerzo infame de mis padres por sacarme adelante en aquella época, nunca podré estarles lo suficientemente agradecido, me hicieron entender cuales eran los motivos de mis dificultades en los estudios, lo que me ayudó mucho de cara al futuro.

Fotografía realizada por Pablo M. Campos

Hace unas semanas Paula Suárez, para mí, una de las referentes más importantes en el ámbito de la pedagogía, me comentaba como en Positivando, su gabinete, trabajan en la aplicación de nuevas tecnologías en su entorno profesional, y me explicaba con detenimiento la manera en que utilizan algunas de ellas para detectar la dislexia, y trabajar en la mejora de las debilidades de los que la padecemos. En tono irónico le dije enseguida a mí no:

“No, no me cures la dislexia”, no quiero tratarla a cambio de devolver ese porcentaje añadido de creatividad del que disfrutamos los disléxicos, lo utilizo a diario para la creación de las campañas de las marketing de mi empresa.

“No, no me cures la dislexia”, porque ahora entiendo porque soy emprendedor y he fundado cuatro empresas con más o menos éxito, según algunos estudios en Estados Unidos aproximadamente el 35% de los emprendedores tienen dislexia, cuando solo está presente en el 15% de la población, algo cuanto menos curioso.

La afamada revista Forbes nombra a Richard Branson fundador de Virgin, Walt Disney, Henry Ford, Steve Jobs, Ingvar Kamprad fundador de Ikea o Steven Spielberg  (la lista es inmensa), como disléxicos, y creo que son un ejemplo a seguir tanto para los que lo somos como para los que no.

“No, no me cures la dislexia”, gracias a ella los disléxicos tenemos el pensamiento holístico más desarrollado, siendo capaces de realizar análisis más completos de posibles escenarios en determinadas situaciones que el resto de las personas. Esto nos ayuda enormemente tanto en el ámbito personal como el profesional, gracias a ello somos capaces de anticiparnos a situaciones incluso antes de que sucedan, ¿increíble verdad?.

Lo positivo de mi dislexia, hace que bien valga la pena aquello que tan nervioso ponía a mi profesor de EGB,  tener que repasar un par de veces un número cuando lo escribo o poner más atención en la lectura no sale tan caro. Así que definitivamente:

“No, no me cures la dislexia”

Si tienes un hijo con dislexia no te asustes, llevo 44 años viviendo con ella, todos los amigos tienen cosas buenas y algunas malas, yo acostumbro a valorar positivamente las buenas y disfrutar de ellas, la dislexia no iba a ser una amiga distinta a las demás, está compañera de viaje, bien entendida, me ha permitido pensar y hacer cosas que de otra manera me hubieran resultado mucho más complicadas o casi imposibles.

Pablo M. Campos Beneite

Fotografía realizada por Pablo M. Campos




  • Emprendimiento
  • Habilidades visoespaciales
  • Aprendizaje visual
  • Artes visuales
  • Pensamiento holístico
  • Pensamiento novedoso
  • Creatividad
  • Memoria declarativa
  • Fortalezas MIND (razonamiento material, interconectado, narrativo y dinámico)

¿Qué es la DISLEXIA? 


"La dislexia es una dificultad específica del aprendizaje que tiene un origen neurobiológico, que se manifiesta por dificultades en la precisión y fluidez en el reconocimiento de palabras escritas y por un déficit en las habilidades de decodificación y escritura de palabras. Estas dificultades son normalmente consecuencia de un déficit en el componente fonológico del lenguaje; se presentan de manera inesperada ya que otras habilidades cognitivas se desarrollan con normalidad y la instrucción lectora es adecuada. Como consecuencia las personas con dislexia pueden presentar dificultades en la comprensión lectora y reducirse la experiencia lectora, lo que puede obstaculizar el incremento del vocabulario y del conocimiento general" (IDA, 2002; Lyon, Shaywitz y Shaywitz, 2003).


Es importante reseñar que la dislexia no está relacionada con la inteligencia por lo que un diagnóstico temprano va a favorecer el aprendizaje de las personas en el medio- largo plazo.


Os dejo con las palabras que nos deja Pablo Campos desde su experiencia.

"Si tienes un hijo con dislexia no te asustes, llevo 44 años viviendo con ella, todos los amigos tienen cosas buenas y algunas malas, yo acostumbro a valorar positivamente las buenas y disfrutar de ellas, la dislexia no iba a ser una amiga distinta a las demás, está compañera de viaje, bien entendida, me ha permitido pensar y hacer cosas que de otra manera me hubieran resultado mucho más complicadas o casi imposibles".






2 comentarios:

  1. Me gustaría agradecer las emotivas palabras de Pablo, porque la historia se repite en cada una de las familias que tenemos hijos con dislexia, sin notar casi la diferencia entre los años 70, 90 o en la actualidad. Nos ha obligado a convertir las dificultades en oportunidades y tras la lucha en las distintas etapas educativas, nos ha convertido en mejores personas. Y por último gracias a Paula por ayudar a ver la luz al final del túnel.

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    1. Chus, muchísimas gracias por compartir tu opinión con nosotros/as. Desde este pequeño rincón, no puedo más que decir que me parece sumamente importante visibilizar y normalizar las distintas formas y distintos ritmos de aprendizaje del alumnado y como bien dices... convirtiendo las dificultades en oportunidades. Yo también estoy muy agradecida a Pablo por confiar en este espacio educativo y sobre todo por acercarnos a su forma de aprender a vivir con la dislexia, historias personales que no siempre es sencillo plasmar en un escrito, poniendo voz y nombre.

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