Comparto
con vosotros/as la entrevista que recientemente me ha realizado la periodista, del diario "Faro de Vigo", Amaia
Mauleón, con motivo del comienzo de las vacaciones escolares.
"El
pasado, 22 de Junio llegó el gran día, las vacaciones de verano de los
escolares. El largo período estival,
imposible de compaginar con las reducidas vacaciones de los padres
trabajadores, pone a prueba la destreza de éstos para gestionar la forma más
adecuada de organizar los más de dos meses y medio que tenemos por delante.
Psicólogos
y educadores gallegos ofrecen unas pautas para que el verano sea aprovechado al
máximo por los niños y disfrutado también por los padres. Mantener unos
horarios, aunque más flexibles y enseñar sin necesidad de libros son algunas de
las claves".
¿Es bueno premiar las
buenas notas y castigar las malas? ¿De qué manera?
Lo prioritario no debe ser
el premio o castigo ante las notas ni convertirlas en premios materiales, lo
prioritario es trabajar la motivación y el interés por el aprendizaje en el día
a día, si esto se logra el premio llega por sí mismo y repercute directamente
en la autoestima del niño, él es el máximo beneficiario de sus logros. Debemos
entender que el proceso educativo es un recorrido formativo, en el que cada
etapa debe potenciar que el alumno/a se convierta en el sujeto activo de su
propio aprendizaje.
Cuando llega el suspenso, padres
y profesores debemos reflexionar en torno a las causas que lo han propiciado y
adoptar aquellas medidas que contribuyan a una mejora en el rendimiento del
menor. En ocasiones, las calificaciones escolares son un reflejo de la
existencia de un malestar no siempre vinculado a un trastorno del aprendizaje
ni a un posible déficit de atención. Es importante indagar las causas sin
necesidad de poner en el centro de atención aspectos negativos del menor
referidos a su personalidad, es un vago, no tiene interés, pasa de todo, es un
desordenado, no se centra, etc
Como impulsora de la
"Pedagogía Positiva", no creo en la eficacia de los castigos como un
recurso educativo y con ello no quiero decir que exista impunidad ante las
situaciones pero existen otras herramientas que pueden prevenir o mejorar
conductas sin necesidad de utilizar la sanción. El refuerzo de conductas
positivas, la negociación, la instauración de hábitos y rutinas entre otros,
son recursos a nuestro alcance que sólo precisan cambiemos nuestro modo de
entender la educación, la sanción elimina casi toda probabilidad de mejora y
puede limitarse al cumplimiento de una norma por evitación no por aprendizaje.
Empiezan las vacaciones. ¿Desde el primer momento es
bueno que los niños que sacaron malas notas comiencen a estudiar? ¿Cuánto tiempo
al día?
El final de curso conlleva
tanto para padres como para niños/as y también abuelos una re-adaptación de
normas y horarios que puede originar inicialmente un poco de caos en la
familia, es importante permitirse alrededor de dos semanas para establecer
nuevas rutinas, horarios y organización del tiempo y el espacio.
Es importante que los menores
dediquen tiempo a la realización de tareas, no estudiar por cubrir horas, ni
cediendo la responsabilidad como muchas veces ocurre, a los abuelos. Es importante
la organización del tiempo y de los objetivos, los cuales aconsejo sean
negociados con el niño para hacerles partícipes en las tomas de decisiones. Si
hablamos de niños en etapa de Primaria, aconsejo realizar tareas, como pauta
general, por un tiempo aproximado de 30-60 minutos y si hablamos de niños de
Secundaria, 60- 90 min, después habría que atender a la situación personal de
cada niño/a.
Y los que han aprobado todo ¿qué tiempo deberían dedicar
a las tareas?
Estar de vacaciones no
lleva implícito no hacer nada o que todo el tiempo se convierta en tiempo
libre, es importante aprovechar estos momentos para implicar a los niños en diferentes
actividades formativas y de ocio, y por poner un ejemplo es un buen momento
para implicarlos en las tareas del hogar, independientemente del resultado
académico.
Para aquellos niños que
han aprobado, es altamente positivo generar espacios formativos durante el
período vacacional, tiempos de lectura, realización de dibujos, etc, además de
estimular la creatividad, favorecen el desarrollo cognitivo.
¿Es bueno que los niños ocupen todo su tiempo libre en
campamentos? ¿Cuál es la mejor forma de elegir los más adecuados?
El juego, colectivo e
individual, es fundamental en la vida del niño/a, tanto en tiempo escolar como
vacacional el juego debe estar siempre presente. La asistencia a campamentos es
una alternativa de ocio fantástica, potencia la autonomía y favorece la
adquisición de habilidades sociales y conocimiento de las normas sociales. Una
opción que no debe concebirse como la única opción durante todo el verano ¿Cuál
es el mejor? Difícil establecer una pauta común, la oferta de ocio es muy
variada. Lo importante es saber escuchar al niño/a y ofrecerle una alternativa
adecuada a su momento, además de prestar atención a la actividad a realizar,
debemos valorar aspectos como si es buen
momento para probar con un campamento con pernocta fuera de casa o de larga o
corta duración. Mi recomendación es adoptar la decisión pensando en el interés
del menor e intentar integrarlo, en la medida de lo posible dentro de la
organización familiar.
¿Hasta qué punto es aceptable la relajación de rutinas y
horarios?
Nuestros ritmos sociales
son cada vez más altos y exigentes e importante es disfrutar de momentos de
desconexión. El período vacacional de los escolares es más largo que el de las
familias por ello es también importante que este tiempo no vaya unido a la
omisión de rutinas y horarios. Los niños necesitan pautas y una vida ordenada
mejora nuestro carácter, nuestra alimentación, favorece el proceso de sueño y
vigilia, regula nuestra actividad entre otras muchas mejoras que podríamos
continuar citando.
En verano, el peligro de abusar de los aparatos
tecnológicos aumenta ¿Cómo evitarlos?
Una de las principales
fuentes de discusión entre padres e hijos en la actualidad es el tiempo de uso
de videoconsolas y teléfonos móviles. Estos dispositivos, y en una sociedad
cada vez más tecnológica, no son nocivos
ni son una pérdida de tiempo, lo importante es formar en su uso, prevenir ante
los riesgos que supone el uso indebido y regular los tiempos estableciendo
horarios que permitan a los niños/as realizar otro tipo de actividades.
Complementar su uso y no utilizarlos como herramienta de sanción es fundamental
para no cerrar la puerta a la comunicación.
"Animo a las familias a
continuar disfrutando del placer de educar desde los diferentes colores que la
vida nos regala".