domingo, 18 de diciembre de 2016

Violencia contra las mujeres



"Dijo que no lo volvería a hacer"

le cuenta María a la persona que le está tomando declaración en Comisaría después de los golpes recibidos en su domicilio por parte de la persona que lleva 3 años siendo su pareja.

"Dijo que no lo volvería a hacer"

no era la primera vez que María vivía esta situación en su domicilio, las amenazas e insultos formaban parte de su cotidianeidad, ella no se daba cuenta y los golpes, los golpes llegaron una tarde después de una discusión en la que le pedía explicaciones por llegar tarde a casa tras haber estado tomando un café con varias de sus amigas. Había sido una tarde diferente, divertida, María había logrado volver a sonreír y sentir que su vida podría cambiar y al llegar a casa todo se perdió, en un segundo de dolor todo se rompió, el primer golpe le sorprendió, el segundo le dolió y al tercero llegó el pánico y juró y perjuró "que no lo volvería a hacer" , que jamás volvería a llegar tarde a casa.


Su pareja la arropó, la abrazó y le juró y perjuró, desde un equivocado posicionamiento dominante y utilizando la violencia y el poder de quien no sabe el significado del amor y el respeto, que "no lo volvería a hacer", que no quería hacerlo pero que ella le obligaba, era importante se comportara como una buena mujer y una buena esposa.

María no volvió a repetir estas palabras, dejó de vivir para ella, comenzó a vivir para su pareja, para intentar mantener la paz en el hogar, dejó de quedar con sus amigas, excusa tras escusa y llanto tras llanto siempre bajo el amparo de las paredes de su vivienda, tenía un espacio en el que vivir pero se había quedado sin el hogar, sin su hogar soñado. María  ya no se quiere, jamás piensa en ella, busca saber en qué se ha equivocado y en cómo lograr que su pareja vuelva a ser amable, cariñosa y perfecta como así había sido hace tres años. Se odiaba por no ser capaz de entender a la persona que la protegía, con quien se sentía tranquila y feliz. Con los días sus pensamientos fueron perdiendo más y más claridad confundiendo realidad con ficción, celos con amor y posesión con convivencia. Estaba aislada su realidad era suya y nadie de su entorno conocía, sabía ni detectaba su dolor ni su fragilidad, María vivía en sí con su historia hiriente sin consciencia plena de su fatal situación.

Su pareja si volvió a repetir estas palabras, tras cada grito, tras cada golpe y cada amenaza, después de la fortaleza del golpe caía en picado sollozando y suplicando que "no lo volvería a hacer", María quería creer cada una de estas palabras, se aferraba a ellas y una oportunidad regresaba tras otra, María no entendía que no era una oportunidad sino que estaba viviendo una situación de desprotección y violencia donde su única herramienta de protección es la denuncia pero pronto surgen las dudas que nos inmovilizan... 

¿quién me acompaña? ¿quién me ayuda a entender que esta situación padecida es una aberración humana que no hay que soportar? ¿Quién me acoge en mi dolor? ¿Quién me ayuda a entender que soy una vícitma? ¿Quién?


Este fin de semana ha vuelto a suceder, tres mujeres muertas en 48 horas, dos mujeres en Galicia, una en Santiago de Compostela y otra en la ciudad de Vigo, y una tercera en Tarragona, tres mujeres asesinadas, tres vidas rotas.

Entre el 01 de Enero de 2003, fecha en la que se empezaron a contabilizar las víctimas de violencia de género hasta el mes de Noviembre de 2016, 869 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España y 40 las mujeres asesinadas este año.
No lo estamos haciendo bien, ni como seres individuales ni como seres sociales, los gritos de condena nos unen, las campañas de sensibilización, los minutos de silencio, el gasto en ayudas sociales, las acciones de repulsa, la celebración del día internacional contra la violencia de género... todas ellas medidas, todas ellas válidas en su objetivo pero que no dejan de ser más que medidas de acompañamiento pero no están cumpliendo su objetivo como medidas preventivas ni educativas, son medidas que no actúan sobre las causas sino que ponen un parche en las consecuencias.

Este año ha nacido el "Protocolo de Actuación ante la violencia de género en las organizaciones", sobre en el que hablado en este blog y animo a todas aquellos directivos/as de empresas, empresarios/as  que me estén leyendo, a adherirse al mismo y ofrecer formación básica a sus plantillas, posiblemente no sea la solución pero es una estupenda y sencilla herramienta de acompañamiento que nos aporta información importante sobre cómo actuar cuándo somos conocedores de una situación de violencia de género en nuestro entorno laboral, útil para todo el personal que conforma la empresa.

Soy fiel defensora de que el poder del cambio se encuentra en la educación, y así lo he escrito en Noviembre de 2015, en la EDUCACIÓN sobre la que todos nosotros somos responsables y debemos aportar nuestro granito dearena y, una vez más defiendo que los servicios sociales deben estar centradosen la atención a la persona desde su inclusión en la comunidad  y no desde la prestación de un serviciomeramente asistencial en el que hay que solicitar cita y esperar ser atendido a la mayor brevedad posible.

Si conoces alguna persona que se encuentre viviendo una situación de violencia, que necesite información, apoyo o búsqueda de oportunidades, en lo que esté en mi mano, colaboraré, apoyaré y/o asesoraré.
Esta situación que os narro es una situación real sobre la que he modificado parte de los datos para defender la privacidad de las mujeres afectadas.

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