domingo, 28 de octubre de 2018

Mi hijo/a ha sido diagnosticado de TDAH ¿y ahora qué?


Este 26 de Octubre, nos hemos vestido de naranja para celebrar el Día del TDAH en España, Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

Ha sido en Vilagarcía de Arousa, en su Auditorio en la Jornada "Atendiendo al TDAH", jornada organizada por la Asociación TDAH Salnés bajo el lema "Haciendo visible lo invisible" y en la que he tenido la oportunidad, junto a otras compañeras y la Presidenta de la Asociación, de hablar de Pedagogía, de intervención educativa y educación familiar como la base y la parte fundamental de los procesos de intervención con menores que presentan TDAH y/o alguno de sus  trastornos asociados.



 Mi hijo/a ha sido diagnosticado de TDAH y ahora qué?


  • SOLICITAR INFORMACIÓN. 

En esta fase inicial de asimilación de la noticia, es también el momento de buscar información relativa a este trastorno y qué mejor que acudir a la Asociación de nuestra localidad o a aquella que genere nuestra confianza o despierte nuestro interés.

Este tipo de asociaciones son espacios de informacion y unión creados normalmente por padres, madres y/o familiares que han vivido una situación similar a la nuestra. Nos pueden aportar ideas y orientarnos tanto a nivel personal, por experiencias vividas en primera persona como acercarnos a las diferentes figuras profesionales que pueden ayudarnos a mejorar la vida de la persona diagnosticada en todos los ámbitos de su persona. 

Las propias asociaciones suelen contar, en muchas ocasiones, con los recursos más apropiados para sus usuarios/as así como con un servicio de información y orientación  relacionado con el ámbito personal, familiar, social  y escolar de la persona diagnosticada.


  • TOMA DE DECISIONES

 Una vez contamos con la información y tenemos sobre la mesa las diferentes opciones y caminos que se nos abren, es el momento de establecer prioridades y tomar aquellas decisiones de intervención que se considere más van a beneficiar a la persona diagnosticada y a la familia. 


  • INICIO DE INTERVENCIÓN

Es importante resaltar que una vez iniciado el proceso, si no estamos contentos con los resultados esperados y/o la forma de realizar la intervención, es recomendable hablar con la persona o las personas responsables de la acción y exponer nuestras dudas. La comunicación es uno de los canales más importantes que tenemos las personas para entendernos y en consecudencia promover el cambio y favorecer la empatía.

¿En dónde pongo yo el énfasis?

Como Pedagoga y en el trabajo que yo desarrollo, pongo el énfasis en la importancia de realizar un buen "Diagnóstico Educativo" que en mi caso, me permita conocer las necesidades reales de la persona diagnosticada, que me permita dotarlo de las herramientas adecuadas para avanzar y que me permita a su vez, realizar el Proyecto Educativo Individualizado (P.E.I) que voy a desarrollar con su familia y paralelamente, con el centro escolar.

Hablar de Diagnóstico Educativo, no es hablar de la realización de más y más pruebas, es ser capaz de ir más allá y poder establecer las necesidades concretas del niño/a y de trabajar sobre aquellas causas o conductas que afectan al TDAH, es trabajar sobre las sintomatologías desde la base, es trabajar desde las potencialidades de la persona haciéndola partícipe de su trabajo y de los cambios positivos que se promueven.

Y esto se llama y forma parte de mi metodología de trabajo, "Intervención Educativa desde la Educación".

Las personas que tienen un diagnostico de TDAH, son todas diferentes, cada persona es única y sus dificultades también las viven de manera única, cada contexto es diferente y cada núcleo familiar también lo es. Hay personas con TDAH en las que predomina su inatención, en otras la hiperactividad y en otras la impulsividad pero también las hay en las que predomina un trastorno de conducta, o dificultad para cumplir las normas, o alteraciones del sueño, o se presenta con tics, miedos o fobias, hay también alteraciones en las relaciones sociales o dificultades académicas.

Todo ello deriva en una carencia en el desarrollo de la autoestima y en una dificultad para desarrollar el autoconcepto, jugando un papel importantísimo la gestión y el control de las emociones.

Y así lo he contado hoy en esta Jornada, un aderezo de TDAH, familia, escuela, educación, educación familiar y gestión emocional en los que es nuestra responsabilidad encontrar el equilibrio.



  
Agradezco a todas las personas asistentes su presencia y escucha así como a las diferentes autoridades políticas por hacer que este día de celebración se convierta en un día de visibilidad para las personas afectadas y a sus familias. 

Nos han acompañado la Diputada Provincial, Chelo Besada, el Concejal de Educación y  Deportes, Miro Serén, Ana Granja, representando al PP, Jesús López de I.U, Gaspar González de Somos Maioría y Lola Folgar, Concejala de Cultura de la Illa de Arousa. 

Y agradecimientos especiales a la Asociación TDAH Salnés por contar conmigo. 



domingo, 21 de octubre de 2018

El niño que jugaba con su juguete


Hace unos días, escribí un post en una de mis redes sociales hablando de una escena cotidiana de la vida relacionada con la crianza y educación de nuestros/as hijos/as. Un post que ha tenido mayor repercusión de la que yo esperaba y que ha suscitado muchas y diferentes opiniones.

De estas diferentes opiniones destaco a aquellas personas que la definen como una historia horrible, otras que preguntan qué se debe hacer entonces, otras que defienden el derecho a mantener conversaciones con adultos dada la gran cantidad de tiempo que pasas con tu hijo/a, otras que ponen mayor énfasis en la facilidad con la que se comparte el móvil y otras que han observado en el post un impedimento a reñir a un niño/a por algo que ha hecho mal.

Como comenté, el post narra una escena para mi muy cotidiana, un reflejo de las conductas y las relaciones que se establecen entre padres e hijo/as en el día a día. 


 
Hablo de los roles, normas, límites, actitudes, respuestas  y formas de gestionar aquellos conflictos que de manera cotidiana surgen entre las familias en los espacios públicos y que, sin mayor esfuerzo podemos observar en cualquier calle de la ciudad, parque infantil, zona de ocio u espacio comercial.

Como decía una escena para mi muy cotidiana y sin embargo, un ejemplo de aquello que se debe evitar reproducir en nuestros procesos educativos, un ejemplo de cómo no ser padre/madre y un ejemplo de la poca importancia que los adultos, en muchas ocasiones, le damos a nuestras acciones diarias y a la repercusión que sobre las personas tienen...

Por ello, te animo a la reflexión desde esta lectura y que, si te apetece, compartas con nosotros/as tu opinión.

¡Escenas de la vida! 

Niño de 3 años entretenido con un juguete, un pequeño muñeco que se adhiere a las superficies. 

El juguete se cae al suelo, ya por segunda vez, el adulto que se encuentran con él, por segunda vez lo recoge, le riñe, lo anima a sentarse y a parar quieto en tono autoritario. 

El niño quieto estaba y sentado también, sólo estaba jugando con su muñeco...

Reacción del adulto?

Toma! Juega con esto y... le ofrece su móvil.

La historia continúa, igual que se ha caído el juguete, se cae el móvil. 

El niño se queda sin juguete, sin móvil, con dos riñas, dos enfados provocados y llorando...

Mientras el adulto continúa entretenido en la conversación tan importante que estaba manteniendo con otro adulto...

Estos momentos son también momentos educativos y nuestras tomas de decisiones y nuestras reacciones inciden directamente en el aprendizaje de nuestros hijos/as.

Dónde nace la cadena de errores?

  • Atención. El nacimiento de esta cadena de errores lo pongo en el adulto, en el progenitor, sease padre o madre, no se habla de género en el post, lo pongo en la falta de atención hacia las necesidades de su hijo en ese momento concreto y en la falta de lectura de la situación.
  • Juego y creatividad. En el cómo invitamos al niño a no utilizar la creatividad, creatividad que nace de la motivación y el interés por jugar, con un sencillo muñeco seguramente elegido por él al salir de casa. El niño se estaba divirtiendo, lo estaba pasando bien y estaba tranquilo.
  • Gestión emocional. El muñeco se cae mientras juega, más de una vez y no de manera intencionada... ¿es un motivo para reñir a un niño? Y aquí continuamos con la cadena de errores, nos enfadamos con él, le reñimos, lo enfadamos y le retiramos el juego.. ¿entiende el niño el motivo de nuestro enfado?

Y como necesitamos un tiempo para nosotros y continuar nuestra conversación porque sin juguete el niño demanda todavía más nuestra atención. 
  •  Sobreestimulación. ¿Cambiamos móvil por muñeco?

E igual que el muñeco el móvil se cae, caída que nos vuelve a indicar que son caídas no intencionadas... Y continuamos riñendo, enfadados/as y enfadando...

El niño en ningún momento hizo nada más allá de comportarse como un niño de 3 años, el resto de las acciones las ha generado la persona adulta. 

¿Y Por qué?

Pues posiblemente porque para el adulto ese era su momento, momento del adulto, aún estando el niño presente y, no era el momento del niño.

¿Justifica ello las acciones? Para mi no...

"Si el adulto hubiera entendido que el niño estaba entretenido jugando y no hubiera realizado ninguna intervención más allá de dejar que el niño recogiera cuántas veces hubiera hecho falta su juguete, adulto y niño hubieran gozado de un espacio compartido estupendo cada uno desde su propio espacio"