domingo, 7 de octubre de 2018

TDAH: La colaboración familia y escuela, fundamental para la detección de dificultades


"La colaboración entre la familia y la escuela es fundamental para la detección de dificultades y la realización de un buen diagnóstico"
Estamos en el mes de Octubre, el mes de visibilización del TDAH, el Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad que afecta en torno al 7% de la población infantil.


Un trastorno cada día con más número de diagnósticos y que creo estoy en disposición de afirmar, por mis círculos de relación profesional, es un trastorno generador de grandes  dudas tanto si hablamos del cómo educar como si hablamos del cómo enseñar.


Dudas en toda la comunidad educativa, si nos referimos  a las familias, ya desde el momento del diagnóstico, dudas más allá de la definición del trastorno y dudas sobre cómo atender las necesidades de sus hijos/as de manera eficaz y positiva,y dudas sobre cómo invertir el tiempo y los recursos económicos como garantía de eficacia, ¿a qué profesionales acudir? ¿cuánto tiempo de intervención? ¿qué es aquello en lo que se debe incidir? ¿Cómo hacer que mi hijo/a se encuentre feliz?, ¿Cómo romper la etiqueta?.

Dudas en la comunidad escolar, profesores/as y profesionales de la educación que más allá del conocimiento teórico o no del TDAH, observan dificultades en los recursos, en la formación y en el uso de herramientas adecuadas a cada alumno/a y a través de ello conseguir la tan ansiada igualdad e inclusión en las aulas.

Mi teoría, desde la Pedagogía Positiva y, a partir de ahí mi forma de realizar intervención educativa con todos/as los menores y familias que atiendo parten de la información y de la motivación haciendo de la persona el sujeto de acción, el sujeto del cambio.

El diagnóstico del TDAH es clínico y a partir de aquí es para mí fundamental realizar un buen Diagnóstico Educativo que nos permita conocer el espacio en el que se encuentra el inicio de la acción educativa, la base del problema, en definitiva, conocer la necesidad educativa real del menor y a partir de aquí, ir dotando de habilidades, recursos, herramientas el desarrollo personal del menor y poder abordar las dimensiones de su persona desde esta base. 



Desde aquí no puedo más que agradecer el que hayan contado conmigo para poder aportar mi perspectiva y el cómo yo entiendo no sólo este trastorno sino la atención a la diversidad y la inclusión, en este caso, principalmente en el aula. Muchísimas gracias a Khadija Ftah.

Mi opinión es que nos queda mucho por caminar, y entendiendo que la educación es el cambio, es importante que comencemos también por eliminar esas "etiquetas" que tanto daño nos hacen, no sólo a quién se siente etiquetado dado que limita sus capacidades y su forma de ser y estar como a quién etiqueta, una forma de no permitir que nuestro cerebro perciba, empatice, atienda a nuestro exterior y nos muestre diferentes formas de ver y sentir la vida.



1. ¿Cómo puede detectar la familia el TDH en un niño? ¿Qué lo diferencia del simple despiste, falta de atención, de paciencia, o nerviosidad que algunos niños tienen?

EL TDAH, más conocido como trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, es un trastorno neurobiológico que se origina en la infancia. Sus sintomatologías predominantes son déficit de atención, impulsividad e hiperactividad, pudiendo éstas presentarse de manera combinada o de forma independiente.

La familia, sobre todo en las primeras etapas educativas, es el primer agente en detectar las dificultades que presentan sus hijos/as, por experiencia sabemos que observan sus despistes, incapacidad para realizar tareas, exceso de impulsividad, dificultades sociales, problemas de aprendizaje, etc, si bien en la mayoría de las ocasiones estas dificultades, las asocian más con un sentimiento de "culpa" por no sentirse "buenos padres" que con la existencia de un posible trastorno, que en este caso recibe el nombre de TDAH. Saben que algo sucede diferente pero no saben el qué. 

Y aquí nace la importancia de apoyo y colaboración entre la familia y la escuela, segundo agente socializador implicado en el aprendizaje de los menores, esta unión es fundamental tanto para la realización de un buen diagnóstico como para la detección precoz de dificultades.

Las diferencias que lleva asociado el TDAH en relación a conductas propias de la infancia, las marca el que las conductas se deben producir con una intensidad y frecuencia superior a lo normal,  se deben dar en al menos en dos ámbitos diferentes de la vida del niño/a, deben impedirle resolver su vida de manera adecuada y que deben haber sido descartados posibles problemas médicos.

 2. ¿Qué técnicas puede emplear un docente para ganarse la confianza de un alumno con TDH?

Más que de confianza, me gusta hablar por un lado de conocimiento del trastorno, es muy importante que el profesorado se forme en qué es el TDAH, y por otra parte comprensión y empatía hacia el alumno/a  y sus características personales y cognitivas. 

Si el docente conoce el TDAH, podrá aplicar no sólo las técnicas que ya conoce sino que podrá llegar a crear sus propias herramientas educativas, herramientas tanto individuales como grupales favoreciendo no sólo al alumnado con TDAH sino promoviendo la inclusión y beneficiando de este modo a todo el grupo de alumnos/as.

3. ¿Qué propones para reducir o mantener controlada la hiperactividad del niño dentro del aula?

La educación en la escuela está siendo en la actualidad motivo de debate no sólo atendiendo a estándares de calidad sino también por su inmovilidad, su apuesta por el conocimiento memorístico y su evaluación numérica a través de exámenes dejando fuera aspectos como el trabajo en equipo, la educación emocional , educación en valores, etc. 

Poco a poco van surgiendo cambios y hay docentes con grandes ideas que están revolucionando este concepto pasivo por uno más activo, en el que el alumnado es el verdadero protagonista de su aprendizaje atendiendo así a la diversidad. 

Y por aquí también debieran ir los cambios hacia el alumnado con TDAH, cambios en los tiempos de atención, modificación de la realización de exámenes, inclusión de actividades dinámicas en las aulas, entrenamiento de las funciones ejecutivas, gestión de los tiempos y adaptación de las materias en función de la complejidad del trastorno, por citar algunos.



 4. ¿Cuáles son las necesidades que puede tener un niño con TDH? 

No hay dos niños/as con TDAH iguales, siempre hablo de un diagnóstico clínico y un diagnóstico educativo, ambos igual de importantes pero con funciones totalmente diferenciadas. El diagnóstico clínico, realizado por profesionales sanitarios o médicos, es el que nos permite ponerle nombre a un conjunto de conductas y el diagnóstico educativo, que es el que yo realizo desde la pedagogía y  el que me permite realizar un proyecto educativo individualizado adaptado a las necesidades del menor diagnosticado y a sus familias.

EL TDAH presenta diferentes trastornos asociados que dificultan su diagnóstico. Estos tratornos u cormobilidades pueden ser de tipo neurológico, conductual, afectivo, social y cognitivo. De aquí que sea sumamente importante diagnosticar dónde se encuentra la base de la dificultad y así comenzar a construir, trabajando de esta forma también desde la prevención. 

5. ¿La educación de los alumnos con TDH debe ser diferente a la del resto? 

 Generalizar cuando hablamos del trastorno de TDAH es complicado, yo creo debería estar adaptada a sus necesidades pero igualmente debiera ser así con el alumnado que no presenta un trastorno. Si trabajamos en términos de inclusión y diversidad nada sería diferente y se convertiría en un trabajo en equipo en el que cada persona podría aprender de sus limitaciones y enseñar desde sus capacidades.

6. Ante una conducta impropia (que merece ser castigada) por parte del niño o niña con TDH, ¿cómo aconsejas actuar?
 
Debiéramos comenzar a hablar en términos de responsabilidad y confianza cuando el reto que se nos plantea en casa o en la escuela es educar una conducta impropia o disruptiva. La solución siempre parte por involucrar a las personas en sus propias acciones y obtener consecuencias "positivas" o "negativas" por definirlo de alguna manera, que les permitan aprender a gestionar las emociones, la tolerancia a la frustración y sobre todo la responsabilidad y la autonomía. El futuro de la educación familiar y escolar no debería pasar por la sanción y el castigo en el que predomina el agente autoritario por encima de la persona, la experiencia nos dice que cuando el niño/a crece esta autoridad decrece. Opinión que extiendo a todas las personas no sólo aquellas con TDAH.

7. ¿Cómo puede afectar el individualismo de la sociedad al desarrollo de las habilidades sociales de los niños con TDH?
 
Construir sociedad desde el individualismo es un grave error, sobre el que lógicamente se ve alterado el desarrollo de nuestras habilidades sociales y nuestros intereses. Los niños/as con TDAH presentan la doble dificultad en cuánto al entendimiento de las relaciones con el grupo de iguales y el rechazo del grupo provocado en muchas ocasiones por la ruptura de esas normas sociales.

8. ¿Cómo evitar que un niño o niña con TDH tenga baja autoestima? 

Potenciando sus capacidades y haciéndole partícipe de sus progresos desde una educación basada en experiencias positivas. La autoestima se construye desde nuestras vivencias, nuestra relación con nosotros/as mismos y con nuestro entorno, es la capacidad interna de una persona para conocerse, aceptarse y quererse. 

Si estas experiencias se construyen desde espacios negativos o de confrontación es cuándo comenzamos a hablar de baja autoestima, es importante resaltar que no se es de una determinada forma por tener baja autoestima sino que esta es una consecuencia de determinadas experiencias vividas.

9. ¿Pueden, de alguna forma, las nuevas tecnologías ayudar a quienes tienen TDH?

Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y claramente son una herramienta educativa muy útil y provechosa para el alumnado en general, son además herramientas ilimitadas en constante cambio y desarrollo. La elección de la herramienta, su tiempo de uso y establecer los objetivos de ese uso es determinante en el aprendizaje de cada persona siendo los adultos y los profesionales de la educación los responsables de enseñar a gestionar su uso y adaptarlo a cada persona y a sus necesidades.

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