jueves, 1 de junio de 2017

Centros de Protección de Menores ¿una situación de desamparo?



Hoy comparto en Faro de Vigo mis pequeñas reflexiones sobre un tema tan mediático como desconocido, los Centros de Protección de Menores, entornos que conozco muy de cerca y en los que he desarrollado mi labor profesional como Pedagoga y Directora durante más de 15 años y que han sido noticia esta semana en Vigo "Tres menores asaltan a punta de navaja a  cuatro niños de 8 y 11 años para robarles 4€ y "chuches".

"Por su parte, pedagogos consultados por Faro explican que a  diferencia de este episodio, estos incidentes  no son protagonizados por jóvenes de centros tutelados.  La  mayoría de fechorías que cometen los niños que residen en ellos se limitan al incumplimiento de horarios o a pequeños hurtos en tiendas y grandes superficies. "Algo se ha roto en la cadena protocolaria para que tres menores dispusiesen de una navaja". Asaltos como este se cuentan con los dedos de una mano por el gran trabajo que realizan los psicólogos con los menores" apunta Paula Suárez, pedagoga y directora del Gabinete Positivando. 

Ampliando mis reflexiones aportar que un Centro de Protección de Menores es un recurso de atención a la infancia y adolescencia que como su nombre indica está encuadrado dentro del sistema de protección de menores, no dentro del sistema de reforma como en muchas ocasiones se piensa. Estos centros se encuentran regulados por una normativa específica y pueden ser de titularidad pública como privada, en Galicia, por ejemplo, existen ambas modalidades.


Son centros educativos en los que convive un grupo de menores, estos grupos se encuentran las 24 horas del día bajo la supervisión de un equipo de profesionales que trabajan con cada menor desde proyectos educativos individualizados desde los que se abordan todos los ámbitos de la persona, ámbito familiar, escolar, laboral, emocional, psicológico y social. 

Son centros abiertos cuyo objetivo es normalizar la vida del menor, estos acuden a escuelas de la zona, a actividades extraescolares, tienen su tiempo de estudio, sus hábitos y rutinas y también sus límites.


Las causas que provocan este ingreso son muy variadas, normalmente están asociadas a problemáticas graves de índole familiar que provocan que estos niños/as se encuentren en situación de desamparo tal y como se regula en la Lei 3/2011, do 30 de xuño, de apoio á familia e á convivencia de Galicia. (Diario Oficial de Galicia).


  • Abandono de la persona menor de edad.

  • Existencia de malos tratos físicos, psíquicos o abusos sexuales por parte de las personas de la unidad familiar o de terceras personas con consentimiento de aquellas.

  • La negligencia grave en el cumplimiento de las obligaciones alimentarias, higiénicas o de la salud que supongan un prejuicio para la integridad del niño/a  o adolescente.

  • La inducción del menor o del adolescente a la mendicidad, delincuencia, prostitución o cualquier forma de explotación económica o sexual del menor, o permisividad respecto de estas conductas.

  • Conductas adictivas de la persona menor de edad con consentimiento o tolerancia de las personas que ejercen su guarda.

  • El trastorno mental grave de los padres, madres, tutores/as, guardadores/as que impida el normal ejercicio de la patria potestad, de tutela o de guarda.

  • Las conductas adictivas en las personas que integran la unidad familiar , en especial, de las que tienen la patria potestad o tutela, siempre que menoscaben gravemente el desenvolvimiento y el bienestar del menor.

  • La convivencia en un entorno socio familiar que deteriore gravemente la integridad moral del niño/a o adolescente, o perjudique el desenvolvimiento de su personalidad.

  • La falta de las personas a las que les corresponde ejercer las funciones de guarda o cuando estas personas estén imposibilitadas para ejercerlas o en situación de ejercerlas con peligro grave para el niño/a o adolescente.

  • La falta de escolarización habitual del niño/a con el consentimiento y la tolerancia de los padres, madres o de las personas que ejerzan su guarda, siempre que menoscabe el desenvolvimiento y el bienestar del menor o siempre que suponga un prejuicio grave del menor.

  • Cualquier otra situación de desprotección que se produzca de hecho a causa del incumplimiento o de un imposible o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de las personas menores de edad cuando estas queden privadas de la necesaria asistencia moral o material.


Los niños, niñas o adolescentes que ingresan en un Centro de Protección de menores, no son menores delincuentes, son menores víctimas de una situación vivida con unas consecuencias que propician daños, temores, rabias, iras, en definitiva conductas y/o actitudes resultado del maltrato recibido por personas adultas.

Estos recursos, son junto con el apoyo a la familia en unas ocasiones, la asunción de la tutela en otros, la asunción de la guarda ejercida mediante acogimiento o la adopción, las medidas de protección adoptadas por la administración desde el Servicio de Protección de Menores atendiendo a la situación individual de cada uno de los menores susceptibles de estas medidas de protección.

Siempre debe primar el interés del menor, ante una situación y una noticia como la que leemos en prensa y afirmo lo publicado en prensa, "Algo se ha roto en la cadena protocolaria para que tres menores dispusiesen de una navaja". Me faltan datos para hacer un análisis más exhaustivo de la situación, la prensa es cauta y quizás mejor así porque estos temas en los que hay implicados menores además de generar polémica, generan un exceso de morbo en el que los adultos tenemos la responsabilidad de continuar defendiendo el interés supremo del menor.

La cadena de servicios sociales es una cadena de trabajo muy compleja, son muchas las cosas buenas que se llevan a cabo y  en el sector hay grandes profesionales, no sólo psicólogos como comento en el artículo sino también pedagogos/as, educadores sociales, trabajadores sociales, técnicos, etc pero también es verdad que la cadena presenta muchos rotos y descosidos con poca posibilidad de ser cosidos.

Grande es el trabajo que se realiza en las asociaciones sin ánimo de lucro en este ámbito pero más grande debiera ser el trabajo a realizar para evitar incidentes como estos en los que la responsabilidad parte del Centro de Menores y también del Servicio de Protección de Menores pasando por todos los profesionales y agentes sociales implicados en los Proyectos Educativos de los menores agresores.

¡El cambio siempre se encuentra en nosotros, las personas!

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