“Mujer,
política e igualdad. Nuevos retos en la consecución de la igualdad real y
efectiva” es la temática sobre la que se ha desarrollado la Mesa Debate, organizada
por Empresarias Galicia asociación de la que tengo el placer de ser socia
fundadora y en la que hemos compartido Mesa, este pasado miércoles 04 de Mayo de
2016, con la Secretaria Xeral de Igualdade, Susana López Abella.
Me
sorprende con gran satisfacción, ver como en el desarrollo de todas las
actividades en las que desde Empresarias Galicia participo, se establece un
nexo de unión común y este se llama diálogo en torno a la “igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres” independientemente de su identificación
por género y teniendo siempre en cuenta las diferencias propias de cada uno de
los sexos.
Me
sorprende también con gran satisfacción el escuchar comentarios que nos alejan
de la queja y nos permiten establecer consensos y acciones positivas en las que
el papel de las personas adquiere la parte de protagonismo que a cada una de
ellas le compete y recibe el nombre de corresponsabilidad, siempre en busca de
la mejora, del desarrollo y crecimiento profesional y personal.
Me
sorprende escuchar que nuestra sociedad se encuentra regida por un matriarcado
en el que las mujeres son las que tiene el poder en la toma de decisiones y ordenan en sus casas. Aquí he de hacer un inciso porque yo nunca he
considerado que la sociedad en la que me enmarco esté dominada por un
matriarcado, en mi opinión vivo en una sociedad dominada por un patriarcado,
quizás un patriarcado que en muchos grupos de personas tiende a ser compartido
pero como sociedad la mirada se realiza desde una mirada todavía muy masculina
(acceso de la mujer al mercado laboral, estructura horizontal del mercado de
trabajo, estructura vertical de las instituciones empresariales, etc). La
historia de la mujer en su acceso al mundo laboral es muy corta, hasta hace no
mucho necesitaba de la firma de un hombre para abrir una cuenta en un banco,
publicar un libro bajo un pseudónimo, etc. No quiero entrar en polémica en
torno a este tema, no es el objeto de este post, pero sí me apetece manifestar mi opinión y comentar que el matriarcado, en el devenir de los años, es el que ha relegado a la
mujer a las labores domésticas y de crianza de la puerta de su casa hacia
adentro y que esto no es tener cotas de poder, ni autonomía ni capacidad en la
toma de decisiones.
Como he declarado en alguna intervención el ser la persona responsable de poner una lavadora,, gestionar la colada, ir a la compra, preparar la comida, etc no me hace ser mejor persona, ni el no hacerlo me incapacita como mujer con todo mi respeto a este tipo de tareas, yo las entiendo como tareas compartidas dentro de una unidad familiar en la que todos los miembros de la misma debieran colaborar en igual o diferente medida atendiendo a factores como la edad, situación personal, profesional, y por supuesto a la organización y negociación interna de la referida unidad.
Como he declarado en alguna intervención el ser la persona responsable de poner una lavadora,, gestionar la colada, ir a la compra, preparar la comida, etc no me hace ser mejor persona, ni el no hacerlo me incapacita como mujer con todo mi respeto a este tipo de tareas, yo las entiendo como tareas compartidas dentro de una unidad familiar en la que todos los miembros de la misma debieran colaborar en igual o diferente medida atendiendo a factores como la edad, situación personal, profesional, y por supuesto a la organización y negociación interna de la referida unidad.
Me
sorprende también, gratamente, observar que vivo en una sociedad en la que
sorprende negativamente y conduce hacia la reflexión el hecho de que los “estereotipos de género” continúen de manera tan marcada entre
los adolescentes. Ellos fuertes, celosos, ágiles y ellas tiernas, amables y
cariñosas. No hay una teoría clara en torno al por qué de este arraigo y este
regreso a estos estereotipos que las generaciones anteriores han intentado
erradicar. Y hay mucha sorpresa en los padres, madres y profesionales de la
educación de que esto sucede, y es real. Muchos de los primeros encuentros con
la violencia de género suceden en la adolescencia y para mi este arraigo se encuentra
enmarcado en lo que yo llamo "Violencia Invisible", término que explico en este
post que he escrito hace unos meses hablando de este tipo de violencia.
Me
sorprende ver que todavía continuamos hablando de la “brecha salarial”, no en
todas las profesiones pero resulta perplejo conocer realidades cercanas en las
que hay personas que por el hecho de ser mujer cobran menos que personas del
género masculino. Hay estudios en los que la comparativa acaba indicando que
las mujeres trabajan alrededor de dos- tres meses al año de manera gratuita.
Me
sorprende ver que hay que hablar de “cuotas” no porque gusten sino por la
necesidad de encontrar una equidad, un CV de un hombre y una mujer en igualdad
de conocimientos y experiencia laboral, presenta una gran diferencia, una
diferencia económica que en muchas ocasiones permite que el CV de la mujer sea
rechazado. Los beneficios sociales y las ayudas para la conciliación no
fomentan la corresponsabilidad y generan desigualdad entre las personas.
Recientemente he escuchado la queja de un padre que en el momento de ser padre
lo máximo que pudo disfrutar fue de un permiso de tres días.
Me
sorprende gratamente escuchar que, en la EDUCACIÓN podemos encontrar la base de todos los
cambios. No puedo estar más de acuerdo, tenemos que encontrar el camino de la
educación, no debemos obviar nuestras tareas como padres, madres o educadores y
no debemos eludir nuestras responsabilidades. Hay grandes confusiones en relación a la educación y a la enseñanza, la familia y la escuela son unos de los principales agentes socializadores pero sus funciones son diferentes y debemos poner a la educación en el lugar que le corresponde.
Susana
López Abella, durante su exposición, nos ha aportado datos desde su experiencia en la Secretaría Xeral de
Igualdade en torno a estos temas que aquí he expuesto. Los datos nos cuentan
que Galicia es una de las comunidades más envejecidas de toda Europa, la pirámide
social está muy invertida, la baja natalidad es un hecho y las políticas
sociales no responden a las necesidades de las personas.
Pese
a no querer instaurarnos en la queja, pese a la necesidad de hablar en términos
de personas, pese a pensar de manera positiva, la realidad es un hecho, la
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres todavía no está instaurada y
de continuar en los ritmos actuales de adopción de medidas esta no se hará
efectiva mínimo hasta el 2030.
Continuemos hablando, debatiendo y visibilizando... continuemos hablando en términos de Personas... porque la sociedad somos todos juntos con sus diferentes miradas, femenina, masculina, amable, divertida, positiva... miradas de calidad y personas de calidad...
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