sábado, 18 de enero de 2020

La educación es un proceso incierto que no siempre cumple su cometido


La base sobre la que debemos plantearnos la educación de nuestros/as hijos/as es desde el respeto a las personas y velando por sus derechos, también por sus deberes pero...

Hoy hablamos de derechos que no deben ser usurpados por la ignorancia ni las dictaduras ideológicas.

En estos días se ha recuperado el debate sobre una cuestión en la que llevo trabajando desde mi quehacer pedagógico desde hace más de 20 años y sin embargo parece causar asombro. Estos días re reabre el debate en el que se vuelve a hablar de los/as hijos/as como titulares de nuestra propiedad, parece que para defender teorías que no se pueden sustentar con argumentos lógicos y pruebas medibles, se recurre a la cosificación de las personas desde la autoridad y el sustento subjetivo de la validez que les otorgan sus pensamientos.

No puedo más que pensar que es un claro ejemplo de que la educación es un proceso incierto que no siempre cumple su cometido

Personas que exponen sus pensamientos desde el odio, la rabia, la intolerancia, la falta de respeto, un constante ruido lleno de despropósitos que no alimentan más que la ruptura de nuestras máximas como ciudadanos/as;  nuestros valores éticos y nuestras  normas morales.

Es verdad, queramos o no entenderlo, nuestros/as hijos/as no son de nuestra propiedad, son nuestra responsabilidad y la diferencia entre la propiedad y la tutela se muestra bastante clara. Nuestra responsabilidad como educadores/as, tutores/as, guardadores/as es la de velar por sus derechos, sus deberes y sus opiniones.



La educación, formal e informal, debe preocuparse por la formación integral de las personas y ser capaces de vivir en una sociedad dentro de los valores éticos y las normas sociales. Debe existir una clara línea en la que se defienda el derecho de todas las personas, a formarse, razonar, respetar, promover el espíritu de crítica y lo más importante, vivir en sociedad.

Este #pinparental propuesto en la Región de Murcia, quiero entender que desde la ignorancia que la propia educación otorga a quiénes no han sido cultivados en un estilo educativo constructivo y que quiere imponer sus propias ideologías, no respetando los derechos de las personas, y en este caso concreto los derechos de los/as niños/as, es para mí un insulto, un insulto a la sociedad y un insulto a mi persona así como una ruptura de los valores que nos unen como personas. Y quizás también un insulto a la política.

Este #pinparental ataca a los derechos de los menores y también me ataca a mí como persona y como profesional. Como profesional, soy Pedagoga y Formadora, hablo de estilos educativos y también soy formadora en igualdad, género y diversidad afectivo sexual. Y como persona y ser social, ¿dónde queda mi derecho a vivir en una sociedad justa? ¿Y a qué no se me señale por formar, defender la igualdad y hablar de violencia machista?

Estos días he leído titulares como mi hijo es mío y he escuchado frases como "sino que sea el estado quién pague las facturas" y ciertamente es tu hijo/a y así consta en el libro de familia pero ello no te da derecho a adoctrinarlo, ni a obligarlo a ser como tú, ni a transmitirle odio hacia personas de otro color u otra identidad sexual, no te da derecho a que abofetee a otras personas por no ser como él/ella, ni a no respetar a sus compañeros/as de clase, ni a no responsabilizarte de sus gastos, por poner unos pocos ejemplos... 

La paternidad y la maternidad, Sí te da derecho a construir y aportarle seguridad durante su desarrollo para que se convierta en una persona autónoma, respetuosa e independiente, feliz de ser y estar consigo y con quiénes le rodean.

Un SÍ al conocimiento y a la formación para promover el auto conocimiento, la exploración personal, el espíritu crítico, la libertad, la independencia y la autonomía, todo ello base de nuestra construcción social y moral.

Un NO al pin parental.

La educación debiera dejar de ser un instrumento político de la política

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