domingo, 3 de abril de 2016

Deberes sí o quizás Deberes no



Observo con atención como desde hace un tiempo se ha abierto un debate, especialmente entre los grupos de padres y madres, en torno a la realización de deberes en casa. Un sector de la población cree que sí, que es importante el realizar pequeñas tareas como complemento al centro escolar y otro sector, no me atrevo a decir si mayor o menor opina que los alumnos/as no deben llevar deberes para casa.

No es mi intención ofrecer una respuesta a esta pregunta, no porque no quiera sino porque no me parece ser un tema central del debate educativo actual. Los profesionales de la educación estamos demandando un pacto por la educación, un pacto sobre el que el que los partidos políticos ya debieran estar trabajando porque cada día que se pierde pueden suponernos años de atraso educativo. 




 Por si sirviera para la reflexión, yo e independientemente de mi opinión, reformularía la pregunta...
 ¿deben los alumno/as llevar tareas desde la escuela para realizar en casa? 

Yo, no ejerzo desde la escuela, no estoy especializada en pedagogía escolar ni terapéutica pero realizo, desde la pedagogía positiva, intervención educativa con menores con dificultades y necesidades educativas especiales entre otras, muchas de estas dificultades proceden del ámbito escolar y otras muchas proceden del ámbito familiar, y debo considerar que estoy en una situación de privilegio. Menores, adolescentes y familias que trabajan conmigo, se llevan tareas, trabajo personal no relacionado con las disciplinas formativas, quizás tareas más complejas porque ahondan en las capacidades, limitaciones y autocrítica de nuestras actitudes y he de decir con profundo orgullo que no se oponen, disfrutan y regresan normalmente contentos/as a las siguientes sesiones porque tienen ganas de celebrar, relatar y contar las dificultades o facilidades que dichas tareas les han facilitado. No son deberes ni tareas son oportunidades de desarrollo y crecimiento nacidas desde su yo y desde sus necesidades familiares e individuales.

Y avanzando me preguntaría... 
¿Por qué hablamos de los deberes con connotaciones tan negativas?

Padres que se quejan de la cantidad de horas que sus hijos/as le dedican a su tiempo educativo, que les resta tiempo para jugar, que deben estar con ellos porque si no, no terminan nunca, padres que les realizan los deberes a sus hijo/as para restarles tiempo de aprendizaje, les leen sus libros o les realizan sus trabajos. Grupos de Whatsapp creados por padres para conocer, controlar y estar al tanto de las actividades y exámenes que deben realizar sus hijos/as porque ellos ya están saturados de su tiempo en la escuela, o porque necesitan descansar o porque no se enteran de lo que los profesores les dicen, estas son algunas expresiones de los padres que sus hijo/as acaban reproduciendo. Queremos, deseamos educar en la autonomía e independencia, gestión del tiempo y resolución de conflictos... ¿así lo estamos haciendo bien?

Quizás este debate de los deberes es más propio de nuestra estructura social que de un debate educativo, la sociedad nos impone un ritmo, trabajo, actividades de ocio y tiempo libre, sobre las que por cierto apenas se abre debate y conozco niños/as con una agenda de actividades tan saturada que no hay espacio para el aburrimiento, la reflexión y el pensamiento. Llegamos a casa, queremos descansar y los deberes ocupan tiempo y espacio, ocupan tiempo y espacio en cualquier momento del día, es una responsabilidad de los niños/as sobre la que hay que disponer espacio y tiempo. Aprender es un derecho, un lujo, la educación nos fortalece como personas y lo que aprendemos es lo que nadie nos puede quitar.

Repasar y  reflexionar sobre lo aprendido y lo realizado en el día es básico y fundamental, para adultos y para los niños/as también ¿por qué les vamos a retirar ese tiempo? Es su tiempo.

Ni deberes si, ni deberes no. Aprender es un derecho. 


El debate seguramente deba centrarse en el pacto educativo, en cómo favorecer la motivación ante el estudio y la lectura, el cómo conceptos relacionados con el aprendizaje están quedando obsoletos, en cómo muchos profesores necesitan reciclarse, en cómo las aulas deben de comenzar a ser aulas dinámicas donde la creatividad predomine por encima de la memorización, las normas pautadas y los conocimientos a demostrar a través de una , dos o tres evaluaciones que los padres esperan con tanta ansia con el fin de saber si su hijo/a ha cumplido las normas escolares y ha superado sus conocimientos.

Podemos debatir sobre el tipo de deberes, la forma de adquirir conceptos, el tiempo de dedicación, la cantidad que en muchas escuelas se ponen, podemos incluso cambiarle el nombre y definir bien el concepto de estas tareas escolares a complementar en el ámbito familiar. En un mundo donde la tecnología avanza a velocidad de gigante, en España disfrutamos de una enseñanza que necesita más de una actualización de manera inmediata.

Esta actualización quizás se llama "pacto educativo", un acuerdo de calidad en el que los diferentes actores deben sentarse y establecer las bases educativas que permitan nuestra enseñanza adaptada al hoy y al mañana porque llevamos demasiados años en el ayer.

Desde mi metodología de trabajo, la Pedagogía Positiva soy partidaria del derecho a aprender, soy partidaria de la combinación de trabajos en casa, soy partidaria de establecer momentos educativos fuera del aula, soy partidaria del tiempo dedicado a la reflexión y sobre todo soy partidaria de disfrutar aprendiendo a través de la observación, la escucha, la participación y la implicación.  

Y tanto que es verdad!


"Nuestra enseñanza necesita una renovación integral e integradora"

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