domingo, 20 de noviembre de 2016

El derecho a la educación #DíaMundialInfancia



El día 20 de Noviembre, se celebra el Día Universal de la Infancia, fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del niño en 1959. El mismo 20 de Noviembre de 1989, se acordó el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño y cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países.



En este momento convulso donde desde los medios de comunicación nos llegan casi a diario noticias relacionadas con el acoso escolar también llamado bullying, menores que agreden a otros menores en el entorno escolar, el acoso en las redes o ciberbullying, menores que acosan e insultan a sus compañeros u conocidos a través de las diferentes herramientas que la tecnología pone a su disposición, menores que insultan y pegan a sus padres, que destrozan su domicilio y viven en pleno estado de infelicidad e insatisfacción, el Síndrome del Emperador y trastornos de conducta y actitudes tiránicas que derivan de carencias en los afectos y en la débil protección a la infancia, menores que controlan a sus parejas, que confunden los celos con la verdadera esencia del amor romántico y del primer amor, estereotipos sociales más marcados que hace décadas e identidades de género que adoptan para ellos y ellas y que les está llevando a normalizar y entender la violencia, el control y los celos como parte activa de las relaciones personales, actitudes que yo encuadro dentro de los procesos de violencia invisible sobre los que he escrito en diferentes ocasiones y, otros trastornos que se están manifestando y que parece quieren hablar de una parte de la infancia "enferma" y "medicalizada".

Promover el bienestar de la infancia 

Este lema me parece una práctica estupenda de "Participación activa de los adultos", como responsables de llevar a la práctica todos los derechos que hoy celebramos, derecho a ser niño, a crecer en libertad, a una identidad, a la salud, a cuidados especiales, a una familia, a una buena educación, a protección y socorro, a no ser abandonado ni maltratado y a no ser discriminado.

Hablando de participación activa de los adultos y la promoción de políticas adecuadas a sus necesidades, deseo centrarme y poner todo el énfasis en el "derecho a la educación", a la educación en casa, a la educación en familia, a la educación en la escuela y a la educación personal, psicológica y social.

Las señales de violencia que estamos observando por una parte de nuestra infancia son una clara señal de alarma que debiéramos estar atendiendo y sobre la que debiéramos ya estar actuando, ni víctima ni agresor, menores de edad son culpables, atendamos a sus necesidades y cambiemos el curso de sus vidas, de las vidas del futuro.

Parémonos a reflexionar sobre nuestra praxis educativa, nuestro estilo educativo en la relación con nuestros hijos, nuestro lenguaje verbal, nuestro tiempo de conversación con ellos, nuestro tiempo de apoyo y protección.

La base de la educación somos nosotros los adultos, el cambio se encuentra en nosotros y ¿por qué tenerle miedo al cambio, si nuestros niños nos están pidiendo un cambio? Quizás si promovemos actitudes positivas, sonreímos más y mejor, mejoramos nuestro lenguaje, trabajamos nuestra escucha activa e identificamos y aprendemos a reconocer nuestra emociones quizás todo sea más sencillo, para mayores y menores.

 Mi sentir...
Hablemos con los niños
Mi sentir...
Escuchémoslos
Mi sentir...
Hagámoslos partícipes
Mi sentir...
¡Actuemos con responsabilidad como padres y adultos!


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