viernes, 20 de noviembre de 2015

¡Todos tenemos que jugar! #DíaUniversalInfancia



El día 20 de Noviembre, se celebra el Día Universal de la Infancia, fecha en la que la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del niño en 1959. El mismo 20 de Noviembre de 1989, se acordó el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño y cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países.
Este año, este día se encuentra dedicado a la "Participación" de la infancia. Participación que yo entiendo como el derecho de la infancia a estar, a hablar, a ser escuchada y a participar.


Todos tenemos que jugar
Este lema me parece una práctica estupenda de "Participación", el juego como forma de aprender y como forma de enseñar a participar.


 El juego es un derecho en sí, un derecho convertido en puro aprendizaje, es el fomento de la creatividad, de la toma de decisiones, de la asignación de roles, del trabajo en equipo, de la aceptación del otro, de la lógica, de la matemática, de la razón, del pensamiento.

El juego es desarrollo, aceptación y conocimiento de uno mismo, es construcción de las habilidades personales y ejecución de las habilidades sociales.

Es plasmar la fantasía, crear realidades, construir ilusiones, compartir hobbies, desarrollar el pensamiento, conocer y aplicar las normas sociales, aprender a negociar, acercarse a la realidad, acercarse a uno mismo, es tolerancia a la frustración, empatía, inteligencia emocional, es habla, lenguaje, negociación y diversión.

El juego es también disfrutar, aprender a disfrutar y enseñar a disfrutar. El juego simbólico nos acerca a la realidad y, la realidad en muchas ocasiones se aprende a través del juego.

El juego de siempre, el de toda la vida, una bola, una piedra, un palo, una pelota, un niño, una niña, muchos niños, muchas niñas, un grupo. En el exterior, en el interior, el juego en equipo, el juego individual e incluso el juego aburrido, o aquel que me aburre y me acaba entusiasmando.

El juego es también tecnológico, un juego con menos años en el mercado pero totalmente implantado y ya al alcance de muchos niños. Es también interactivo, es un juego que gusta en exceso, es entretenido, muy entretenido, sencillo, requiere poca comunicación y sí potencia otras habilidades.

El debate de hoy no está centrado en hablar de la calidad de los juegos, ni de si unos son mejores u otros peores. Los adultos, responsablemente debemos aprender a elegir, a decidir tiempos y a ofrecer la diversidad de los juegos existentes, no se trata de excluir se trata de combinar y compartir siempre en función de la edad, las necesidades de los niños, su personalidad y sus hobbies y aficiones.

Mi sentir...
Juguemos con los niños
Mi sentir...
Dejemos que jueguen
Mi sentir...
Escuchémslos
Mi sentir...
Hagámolos partícipes
Mi sentir...
¡Actuémos con responsabilidad como padres y adultos!


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