sábado, 14 de noviembre de 2015

Desde siempre hasta hoy... Violencia... ¿Vamos por el buen camino?


… La desprotección social...
Los menores como moneda de cambio…

Y de cómo hablar de violencia de género, se puede estar convirtiendo en un lenguaje aprendido,  con escasos resultados si hablamos de prevención, cargada de momentos tensionales cuando las noticias sobre nuevas agresiones mortales nos sorprenden y con los también frecuentes compromisos políticos ante la necesidad de abordar la violencia de manera inmediata y que nunca se consolidan ni se establecen medidas eficaces, papel sobre papel.

Anuncios en los medios de comunicación, en vallas publicitarias, sentencias judiciales, números de teléfono a los que denunciar y órdenes de alejamiento cumplidas e incumplidas… donde las muertes continúan… consecuencia de altas cotas de violencia física, psicológica, emocional o en cualquiera de sus vertientes… padres que matan a hijo/as… hijos/as que matan a padres… hombres que agreden a sus mujeres… mujeres que también agreden a hombres… hombres que asesinan a sus mujeres... mujeres que asesinan a sus hombres... menores que crecen y aprenden desde la violencia… personas dependientes y con necesidades educativas especiales agredidas o no bien tratadas de las que no se habla… y así desde siempre y

¿Hasta Cuándo?
¿Quizás hasta siempre?
Una de las preguntas o interrogantes que se me plantean son:
¿Todo se debe llamar violencia de género?
¿Todo requiere la misma intervención?
¿Todo requiere la misma protección?
¿Todas las actuaciones deben ser realizadas mediante el mismo protocolo y bajo la misma vara de medir?


Violencia no es sinónimo de asesinato y mucho menos provocado, ni asesinato es sinónimo de la existencia previa de violencia. Son dos terminologías totalmente diferentes con contenidos diversos e intentar englobarlas para hablar de hechos delictivos extremos pienso nos desvía de la realidad de los hechos en la forma de visibilizarlos y percibirlos. NO hablo de que las herramientas legales puestas a disposición de la violencia sean excluyentes pero quizás no hemos encontrado todavía el camino adecuado para afrontar y minimizar estas terribles situaciones.

No es una cuestión sencilla generalizar en temas que abordan la conducta humana pero quizás el modelo actual de sociedad, nos conduce hacia el sostenimiento de la misma donde la persona como ser individual se encuentra sometido a una indefensión más grande de lo meramente visible y perceptible.

Desde una perspectiva social vivimos en una sociedad que promueve valores inclusivos pero que ha sido forjada desde valores exclusivos, en una sociedad educada por un matriarcado y regida por modelos patriarcales donde las etiquetas y la asignación de roles están marcadas por actitudes y conductas donde priman los que se han venido a llamar "micro-machismos", como, por nombrar alguno, la catalogación de colores según sexo, las diferencias salariales, los roles en el hogar y en la crianza de los hijos, las asignaciones sexuales, la imagen de la mujer en la publicidad, la asignación de oficios, de valores según sexo, etc.

Nuestra sociedad no está creada desde modelos comunitarios de atención a las personas, son modelos primordialmente asistenciales en los que reinan actitudes como la supervivencia, la competitividad y la individualización… conocemos nuestro entorno, formamos parte de nuestro barrio, de nuestra villa, de nuestra ciudad pero nuestra participación no es altamente activa ni participativa, el propio modelo entiendo es excluyente, tendemos a huir de los problemas ajenos y cerramos las ventanas cuando los ruidos, llantos o broncas de nuestros vecinos/as nos asustan.

El modelo de cambio que defiendo parte de la implementación de modelos educativos comunitarios y recursos sociales basados en la colaboración, la cooperación, la tolerancia, la empatía, el respeto, la solidaridad y sobre todo la igualdad.

Y en este modelo, una gran parte de la responsabilidad de cambio, además del estamento político debe partir de los profesionales, de la educación, de la sanidad, de los servicios sociales, de la justicia.

¿Dónde nos encontramos estos profesionales?
¿Qué lectura somos capaces de realizar ante el dolor ajeno?
¿Qué medidas preventivas adoptamos?
¿Qué protocolo de actuación seguimos?

Soy fiel defensora de utilizar, ante cualquier situación de violencia, la DENUNCIA como primera herramienta legal pero y ¿el después?..

¿Quién protege a las víctimas?
¿Quién atiende sus necesidades atendiendo a su circunstancia, edad, recursos y necesidades?



He acompañado a madres y padres a denunciar a sus hijos por violencia en el ámbito familiar, he acompañado a mujeres a denunciar por ser víctimas de agresiones sexuales, a hombres por indefensión ante situaciones de divorcio o separación, he acompañado a menores agresores y agredidos por sus  padres, he atendido y atiendo a personas que sufren acoso escolar, que son víctimas de violencia psicológica y personas agresoras con las que desarrollo programas de eliminación de la violencia así como también he tenido la posibilidad de implantar programas de mejora de la convivencia en espacios educativos. He tenido muchas órdenes de alejamiento en mis manos, he tenido que llamar a la policía y volver a denunciar por reiterados incumplimientos de las órdenes de alejamiento, he vivido el pánico a salir a la calle por miedo al que pasará e incluso por el miedo a enfrentarse a espacios abiertos, a ser perseguidos o acosados.

Mi experiencia me cuenta, que las medidas legales apoyan pero el día a día con sus miedos, incertidumbres, decisiones y el daño ya realizado ¿Quién lo observa? ¿Quién ayuda a repararlo? ¿Quién lo protege?

Hay que dotar de mayor número de recursos y establecer protocolos de actuación coordinados y eficaces pero mis preguntas también se dirigen a los recursos sociales existentes y a la línea de intervención establecida 

¿Estamos en el buen camino?
 ¿Estamos orientando bien la forma de tratar e intervenir sobre la violencia?

Y una pregunta que me hago y no por ser la última es la menos importante?

¿El tratamiento informativo que se realiza ante las situaciones de violencia se encuentra en la línea adecuada, transmitiendo la información adecuada? 


 

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