"Un
referente adulto positivo nos aporta en la infancia protección, afecto y
seguridad y promueve a su vez que, el niño/a se convierta en un adulto
responsable, independiente y más feliz".
Paula Suárez
Y os preguntaréis...
¿Cómo
se puede ser un referente adulto positivo?
Siempre según mi forma de entender
la educación, un referente adulto positivo, y estos son tan sólo unos pequeños apuntes, es una
persona, hombre o mujer, que en su rol de "educador", padre o madre asume la
responsabilidad de su rol, se preocupa por las posibles consecuencias de sus acciones y decisiones en el "educando" y le muestra el camino para crecer y aprender a relacionarse socialmente. No desde la gestión total de su independencia ni desde una educación permisiva o autoritaria sino desde una educación responsable pensada por y para el menor que está creciendo y que se va adaptando a sus necesidades, desarrollo y edad.
Por ello, para la pedagogía positiva un referente adulto positivo tiende en sus acciones y pensamientos a:
Convertir
los negativos en positivos
las
dificultades en oportunidades
y las
oportunidades en deseos de personales
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