“No me preocupa el grito de los violentos, de los
corruptos, de los deshonestos, de los sin ética, lo que más me preocupa es el
silencio de los buenos”.
(Martin
Luther King)
Hace un año, un día como hoy, 25 de Noviembre de 2014,
escribía un post dedicado a la violencia que lleva por título "Violencia Familiar... Violencia Social", en el que además de hacer un
poco de historia alrededor de este día, introducía el concepto de “Violencia Invisible” para definir un tipo de situaciones delictivas que se producen no en
torno al anonimato pero sí en torno al silencio de la persona que agrede o es
agredida, la vergüenza de la persona agredida, el dolor de ambas y el
sufrimiento de todos incluidas las terceras personas que padecen estas
situaciones de violencia.
Hablaba también de cómo la violencia genera violencia y
de cómo se deben adoptar medidas eficientes para no luchar ni combatir sino
para erradicar una situación que en lo que va de año se ha cobrado 51 víctimas,
48 mujeres que han sido asesinadas, 3 menores que han sido asesinados y otros
44 menores que son víctimas directas de esta situación. Una cifra muy cercana a la alcanzada en el año 2014, año en el que se han producido 54 asesinatos de mujeres.
Hoy y una vez más, mis respuestas las encuentro desde la educación caminando hacia la igualdad.
“Lo que cambia nuestro planeta es el conocimiento. Lo
que crea conocimiento es la educación”. Y la Ciencia de la Educación es la Pedagogía.
Estas palabras recogidas de mi
compañero de profesión, Santiago García-Faure Enebral en las redes sociales, es
la base teórica y práctica de las líneas estratégicas a desarrollar e
implementar. ¿Debe partir de la familia, de la educación en casa y debe ser
responsabilidad exclusiva de la familia?
Mi opinión es que no. Debe partir de los profesionales…
en la escuela, en la universidad, en los servicios sanitarios, judiciales, etc. Un cambio de perspectiva en los servicios de atención a la persona... ¿Por qué no?
Ya he aportado mi opinión en más de una ocasión, sobre la necesidad que siento de crear servicios sociales aperturistas e integrados en la sociedad, lugares de prevención e información, no únicamente espacios de consulta a los que acudir en situaciones de crisis detectadas.
Somos dueños de nosotros y de nuestros actos pero no se puede responsabilizar a
una persona víctima de cualquier tipo de violencia, de hacerse un diagnóstico, reconocerse las causas, los motivos, ir a denunciar, buscar soluciones, buscar amparo y ayuda, dejar el miedo en la puerta y vencer sus limitaciones.
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