Desgraciadamente
la palabra Bullyng
(intimidación en inglés) está de moda, y no en vano. Cada vez se detectan más
casos de agresiones y persecución en los colegios. Esta realidad también recibe
el nombre de Acoso Escolar, como la llamaremos. Los adultos que rodean a las
víctimas muchas veces tienen dificultades para detectarlo, no dándose cuenta o
minimizándolo.
El Acoso
Escolar salta a los medios solo cuando se produce un caso dramático con resultado
de muerte, pero antes de llegar a estos extremos… ¿Qué podemos hacer para
detectarlo? Paula Suárez, pedagoga experta en intervención
socioeducativa nos cuenta…
El acoso escolar es
una forma de violencia, una forma de maltrato de un menor hacia otro menor en
el entorno escolar entendiendo como maltrato: agresiones físicas, agresiones
verbales en forma de insultos, motes
dañinos o rumores, amenazas o exclusión, no dejándole participar en
juegos o en actividades sociales conjuntas. Si bien las situaciones de
violencia las asociamos a conflictos en la etapa de Secundaria, sabemos que
también afecta a niveles de Primaria.
Para ser considerado
acoso debe ir acompañado de estas tres circunstancias; el comportamiento debe ser agresivo, debe producirse un desequilibrio de poder entre los
menores y debe ser realizado de manera
reiterada y repetitiva.
Destacar que este tipo
de violencia, no puede ni debe ser tipificada como "son cosas de niños", porque existe
y porque son situaciones traumáticas en las que hay mínimo dos menores, el acosador y el acosado, ambas víctimas de
una situación y, aunque las causas y sus consecuencias pueden ser
totalmente opuestas, en ambas partes existen daños personales, psicológicos,
familiares y emocionales que es preciso reparar.
Es necesario entender
que las relaciones sociales en el medio escolar se encuentran entre las más
significativas del proceso de socialización, y estas determinarán aspectos
importantes sobre el desarrollo de la autoestima y la personalidad.
Su detección es fundamental.
Las señales en el menor agresor son más visibles porque su actitud se
manifiesta más agresiva y porque suelen estar involucrados en los conflictos
del aula, recreo o actividades extra-escolares. Las señales en el menor acosado
son menos observables y están asociadas a lesiones inexplicables, pérdida o
rotura de material o ropa, decaimiento, dificultad para conciliar el sueño,
pérdida repentina de amistades o del habla habitual, simulación de
enfermedades, manifestación de comportamientos atípicos.
Si
detectas que tu hijo pueda estar sufriendo acoso escolar, exige al centro que
tome las medidas adecuadas de protección y resolución. Es recomendable en
aquellos casos en que el acoso haya afectado significativamente al niño, se
busque la ayuda profesionales necesarias.
La guía plis plas es una guía de carácter mensual publicada en la ciudad de Vigo, de difusión gratuita en la que ofrecen información de las diferentes actividades para los más pequeños de la casa, puedes encontrarla también en la web, en el siguiente enlace.
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