sábado, 10 de octubre de 2015

Maltrato infantil. Sensaciones violentas



"Vivir entre el silencio provocado del llanto retenido
la obligada sordera de la palabra también retenida, convertida quizás... en golpes e insultos
el pánico del recuerdo
el recuerdo del dolor de ayer
y el propio dolor del hoy...
las lágrimas ausentes...
si eres adulto #marca
si eres un niño... 
el dolor y sus consecuencias se vuelven ilimitadas"
Paula Suárez











El amor odioso de las estructuras familiares mal entendidas, no respetadas y donde los límites racionales dan paso a la irracionalidad más temida y menos comprendida por el ser humano aunque tristemente frecuente y, con consecuencias cuasi-observables cuando ya la educación da paso a la re-educación, cuando la situación es ya una situación límite de máxima urgencia ó, cuando lamentablemente pasa a ser noticia de un medio de comunicación. 

La prevención, a mi parecer, es una de las palabras más desconocidas cuando hablamos de situaciones de violencia.

La violencia en cualquiera de sus formas es destructiva, para quien la crea, la fomenta, la padece, la replica, le planta cara o le escapa... dolor, llantos, lágrimas... es una fuente inexplicable de dolor causado con consecuencias ilimitadas.

En los adultos la violencia genera daños físicos y daños emocionales, los más peligrosos y los menos observables que se expanden en forma de crisis de ansiedad, cuadros depresivos, ausencia de autoestima, pérdida de la identidad, despersonalización, sentimientos de pánico, miedos inexplicables, fobia social, tristeza y desazón, culpabilidad desmedida y miedo... mucho miedo.


En los niños, la violencia física genera lesiones, graves, dañinas, muy dañinas, tanto o más que en los adultos, es una violencia desmedida donde los golpes se convierten heridas incurables más allá de las lesiones curadas.

Y, la violencia psicológica tiene unas consecuencias tan desgarradoras que afectan a todos los ámbitos de desarrollo del niño generando daños que perdurarán y se continuarán manifestando durante toda su etapa adulta, es un dolor y un daño para toda la vida.


Imagen facilitada por mi amiga Patry Fortes



Los niños que padecen maltrato presentan alteraciones del sueño, del estado anímico, de las emociones, dificultades en sus relaciones sociales, ansiedad, fobia social, sentimientos de culpa,  poca tolerancia a la frustración, abandono, manifestaciones personales desmedidas, búsqueda del daño hacia sí mismos, respuestas agresivas, labilidad emocional... 

Estos son algunos apuntes genéricos de los efectos indescriptibles del maltrato... la parte de la que menos se habla y sobre la que hay que empezar a intervenir es desde el ámbito de las emociones. Un niño maltratado no distingue, ni reconoce ni identifica sus emociones, ha perdido la capacidad de empatizar y el deseo de ser amado. Su vida son miedos y sus expresiones son actuaciones contra y desde esos miedos...

"Las consecuencias del maltrato son infinitas, personales, subjetivas y que afectan a todo el desarrollo de la persona"

"Del maltrato se sale, se cambia, se resuelve, se interviene y se educa, aunque sus consecuencias son para toda la vida, las consecuencias que la persona vive"

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