"Aprender a tener memoria"
Esta es
una de las reflexiones transmitida por un padre de un hijo en edad adolescente
ante la pregunta formulada en una de mis últimas formaciones impartidas en el
IES "San Tomé" de la ciudad de Vigo
¿Qué es para ti ser padre/madre
de un hijo/a adolescente?
"Aprender
a tener memoria para recordar qué he dicho, cómo lo he dicho pero sobre todo para
recordar cómo fue mi etapa adolescente porque aunque parezca que fue hace una
eternidad, no ha sido hace tanto tiempo, lo que sucede es que la forma de vivir
ha cambiado mucho y no sólo hay que enfrentarse a las dudas del día a día sino
a las reglas sociales establecidas. Y si además te has separado entonces parece
que el mundo, en ocasiones, se te echa encima".
Así
hemos comenzado una dinámica formativa para familias, donde se han ofrecido
diferentes herramientas para favorecer y fomentar la comunicación positiva con
sus hijos/as en edad adolescente.
Hemos
hablado de los cambios físicos, psicológicos y emocionales a los que se enfrentan,
cómo perciben su mundo, cómo se perciben a ellos mismos y cómo sus prioridades
van cambiando, el cómo van conformando su personalidad y cómo deben aprender a
resolver a diario nuevas situaciones.
Una
etapa de la vida en que los amigos y la parte social adquiere toda la
importancia y se convierte en su centro de atención, dejando los padres de ser
las figuras de referencia aunque no por ello dejan de ser los referentes
protectores.
El
punto de mira casi siempre se pone en cómo se comportan, cómo complican la labor de
educar, sus desmotivaciones, dejadez y cómo se dificultan a ellos mismos su
recorrido en lugar de hacer caso de las opiniones de padres, familiares,
profesores y adultos en general.
Yo afirmo que el punto de mira debe encontrarse en
los padres. La adolescencia es una etapa de transición hacia la vida adulta, es
una etapa de revolución hormonal y es una etapa estupenda y divertida repleta
de nuevos aprendizajes, emociones, sensaciones, dificultades, encuentros con uno/a
mismo/a. Es la etapa del comienzo del pensamiento formal. Y los padres deben asumir la responsabilidad
de cambio en sus formas de educar, de entender, de conocer y comunicarse con su
hijo, no es una nueva persona, es una persona que está creciendo, se está
desarrollando, está aprendiendo y sus intereses van cambiando.
Quizás
no siempre sean capaces de expresarse, quizás manifiesten en ocasiones conductas
desafiantes o negativass, quizás en su decir quieran mantener a sus padres fuera de su
vida., es sólo un quizás que nos planteamos los adultos. Somos sus padres,
requieren nuestra atención, necesitan sentirse queridos, apoyados y escuchados
y son los padres quiénes deben aprender las herramientas adecuadas para
favorecer esta comunicación y promover los climas y tiempos adecuados para
ello.
Porque
esta es una parte de la educación familiar, ir caminando educativamente con
nuestro hijo/a e ir adaptando nuestras formas, estilos y objetivos a
sus necesidades. Ellos deben vivir su etapa y los padres deben continuar la suya,
ni el niño debe asumir las conductas, comportamientos y responsabilidades de
sus padres convirtiéndose en su espejo ni un padre o madre debe adoptar
comportamientos adolescentes bajo la premisa del "quiero ser su amigo para
que me cuente sus cosas", sus amigos ya los tienen y los eligen ellos, a
sus padres los necesitan como padres. Deben erigirse como referentes protectores, establecer normas y límites y favorecer este proceso de transición desde el respeto, el apoyo y la educación.
Disfrutemos de tener un hijo/a adolescente en casa porque su desarrollo es también nuestro crecimiento como padres.
¿Y cómo?
¡Cambiando de perspectiva!
Comunicación positiva desde el diálogo y la confianza
"Conociendo
qué piensas y sientes sobre tu hijo podrás ayudarle a plantear comportamientos
que sean la base del respeto mutuo"